miércoles, 11 de noviembre de 2015

Camino a "Crónicas del Señor de la Guerra" III

LA LLEGADA DE LOS SAJONES
En la primavera del año 449, tres barcos llegaron a la costa sureste de Britania, nadie en Britania podía imaginar que dentro llevaban la ruina de todos.

Los jefes de esta expedición eran dos hermanos, Horsa, el mayor, el guerrero, y Hengist, el cerebro.
Vortigern por aquel entonces había celebrado una pantomima de consejo en Durovernum Cantiocorum (Canterbury) y tras enterarse de la noticia, envió emisarios e invito a los hermanos a su presencia. Cuando llegaron, se dirigieron a Vortigern como rey, y explicaron que querían entrar a servicio del gran hombre. El gran rey no lo dudó ni un momento, allí tenía la respuesta a sus problemas, una fuente de fieros guerreros, leales solo a él (al menos mientras tuviera oro y tierras con las que pagar) y sin contactos en la isla, por lo que serían más despiadados si cabe. Los hermanos fueron tomados como Foederati (barbaros al servicio de roma que recibían tierras a cambio) al servicio de Vortigern.

Realmente Hengist y Horsa no eran sajones, eran jutos, pero para los romanos y los britanos de la época, todos los pueblos marítimos del norte de Europa eran sais, sajones, jutos, anglos, frisones, daneses, escandinavos… su nombre provenía del cuchillo que todos llevaban, el seax, así que su nombre significaba literalmente hombres cuchillo.
Ya había asentamientos sajones a lo largo de la costa este de la isla, desde tiempos de los romanos, que estaban medianamente civilizados, y que se enfrentaban a las incursiones de pictos y de sus compatriotas.

Con Hengist y Horsa, Vortigern había encontrado su guardia personal, y estaba dispuesto a usarla. Esta guardia personal estaba compuesta por lo mejor del noroeste de Europa, piratas, jutos, sajones anglos, frisones, y algún que otro danés e incluso francos. Se habían lanzado al mar, puesto que en su tierra tenían pocas oportunidades de prosperar, y además, se acercaba Atila con su ejército. El número de hombres que traían los hermanos era de un centenar aproximadamente.
Pocos días después, Vortigern fue avisado de una incursión de pictos, y se dirigió al norte a encontrar a esta fuerza invasora. Cuando llegaron, los sajones, hicieron una matanza tan grande entre los enemigos del alto rey que estos emprendieron la fuga.

Vortigern quedó tan contento con el desempeño de sus nuevas tropas, que dio a los hermanos como regalo la isla de Thanet, al sureste de la isla, como tierras para que se asentaran y les animó a traer a sus familias y a invitar a más guerreros desde el continente, cosa que los hermanos no tardaron en hacer. Más de 15 barcos llegaron ese verano a la isla de Thanet, con entre 400 y 600 guerreros a bordo y sus familias, entre estos venia la familia de Hengist, con su hija Rhonwen.
En un banquete para agasajar a sus nuevas tropas, Hengist (un zorro inteligente) hizo que su hija sirviera a Vortigern, el cual quedó prendado de la joven, y perdió totalmente la cabeza. Vortigern abandonó a su esposa y se casó con Rhonwen, como precio por la novia, regaló a su suegro el reino de Ceint (Kent).

Al año siguiente, Hengist convenció a Vortigern de seguir trayendo más sajones a su tierras. Así que ese verano llegaron a las costas de Thanet y Ceint más de 40 barcos, casi 1500 guerreros y sus familias, incluyendo a los hijos de Hengist, Oisc (Octa) y Eisc (Eossa). Hengist no paró de pedir tierras para ubicar a los recién llegados, creándose asentamientos en Bernicia y Deira, al norte del rio Humber, y en East Anglia, añadiéndose a los asentamientos que ya había allí anteriormente.


Pero muchos reyes en Britania, que antes apoyaron a Vortigern, ahora se dieron cuenta de lo que habían creado y una oposición al Gran Rey se hizo latente en el consejo, así que tres años después de la llegada de Hengist y Horsa, el consejo de Britania nombró Gran Rey  al hijo de Vortigern, llamado Vortimer, éste aún resentido con su padre por su matrimonio con Rhonwen lo capturó y lo mantuvo encerrado en Powys. Y ese invierno, los Britanos se negaron a las peticiones de Hengist, cometiendo varias matanzas en diversos asentamientos.


Hengist y Horsa habían hecho uso de una política de suave negociación, pero cuando recibieron las noticias de los refugiados sajones, decidieron pasar al ataque. Por aquel entonces había en Britania más de 2000 guerreros Sajones. En el Verano del año 452 d. C. los hombres de Hengist y Horsa avanzan sin oposición desde la costa este arrasándolo todo, había comenzado la época del terror sajón.

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